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domingo, 19 de diciembre de 2010

Lluc, el alma de la Sibil·la (Gabriel Rodas)

El director del coro de los Blauets explica cómo eligen cada año al niño protagonista del canto. "Tiene que ser una voz con brillo, natural, redonda y agradable", señala el maestro






GABRIEL RODAS. PALMA La Escolania de Lluc, conocida popularmente como los Blauets, es uno de los coros más antiguos de Europa y guardián de uno de los tesoros musicales de Mallorca, el Cant de la Sibil·la, declarado el pasado mes de noviembre Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
Este coro, que en el Archivo del Santuari de Lluc data del año 1531, está dirigido desde hace una década por Ricard Terradas, formado como músico en el Conservatori Professional de Música i Dansa de Balears. "Musicalidad y dicción" son dos de las palabras que más maneja a la hora de dirigirse a los jóvenes cantores que cada año interpretan la Sibil·la en la noche de Navidad, antes de la misa del gallo. "La estudiamos nota por nota, para que suene lo más musical y equilibrada posible, y tratamos de que se pueda entender al máximo, ya que utiliza un lenguaje arcaico que presenta dificultades para el oyente", señala el maestro.
El canto, interpretado en la isla desde después de la Conquesta de Jaume I –así consta en una Consueta de tempore de la Seu– presenta algunas diferencias según el lugar donde se represente. "La de Lluc, a diferencia de la de la Catedral de Mallorca o Felanitx, es más ornamentada, con melismas y giros melódicos", apunta Terradas.
Elegir quién la cantará no es un ejercicio fácil: tiene que ser una voz blanca (de niño o niña antes de que le cambie la voz) y soprano, con una tesitura muy aguda. "Tratamos de alternar cada año, aunque en ocasiones pueden repetir", indica el director de los Blauets, nombre que responde al color de la sotana azul que llevan en las celebraciones. La búsqueda del mejor solista de Lluc empezó el pasado mes de septiembre. "Elegimos a quien mejor aguanta la afinación, aquel que tiene la voz con más brillo, siempre que sea una voz natural, redonda, agradable para el oído y que llame la atención por su calidad".
Daniel Potrz, de once años, y Maria Rosselló, de trece, serán las sibilas de este año –ella en calidad de reserva, después de ser la titular en 2009–. "Es un canto muy raro y me da miedo olvidarme de la letra", se sincera Potrz, constipado desde hace unos días. "El año pasado, antes de cantarla, me quería fundir de los nervios, pero reconozco que es una pieza muy chula", agrega Rosselló. El profesor no duda en intervenir: "Dicen que es rara porque su melodía tiene aires árabes".
"Estamos orgullosos de cantarla. Cuando lo hacemos se nos pone la piel de gallina", afirman los protagonistas de este año.
Diario de Mallorca 19.12.2010

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